EXPLOTACION INFANTIL
Desde Uatre Santiago aseguran que el 70 por ciento de los trabajadores golondrina lo hacen en negro.
El reciente hallazgo de menores santiagueños que vivían en condiciones de esclavitud en unos campos de Concordia, Entre Ríos, durante la cosecha de arándano, puso al descubierto una situación de trabajo infantil penado por ley.
Al respecto, Antonio Omacini, delegado provincial de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre), denunció que anualmente unos 6.000 menores santiagueños son utilizados para realizar tareas de cosechas en otras provincias, “en muchos casos en situaciones que lindan con la esclavitud”.
En declaraciones a EL LIBERAL, alertó el dirigente rural que estos menores, cuyas edades oscilan entre los 8 y los 15 años, son utilizados como obreros golondrina, y aunque admitió que muchos de ellos van acompañados por sus padres, “también están aquellos, que no son pocos, que van por su propia cuenta, son engañados por intermediarios inescrupulosos y viven en condición de explotación”.
Contabilizó Omacini que por año unos 30.000 trabajadores rurales santiagueños emigran para trabajar en las diversas cosechas que se producen en otras provincias, “pero el 70 por ciento se van a sabiendas de que pueden ser estafados, aún así, lo mismo se anotan por la necesidad de trabajo”.
“Se trata de padres de familias numerosas que son absorbidos, en su mayoría, por las cosechas de algodón y de arándano, y llevan a sus hijos para colaborar con la mano de obra, incluso ellos mismos a veces los ocultan cuando hay una fiscalización por temor a perder la fuente de trabajo”, explicó.
Con conocimiento de causa, el delegado de Uatre aseveró que la mayoría de los obreros golondrina están cercanos a la esclavitud: “Es una situación muy grave, trabajan bajo condiciones contractuales pésimas porque los propietarios de esos campos no tienen en cuenta la protección por el uso de agroquímicos, por lo que los accidentes de trabajo son muchos y frecuentes”.
Asimismo, justificó la movilidad de los peones rurales alegando que “en Santiago no hay una producción agropecuaria que contenga a mucha gente, por eso se van al Sur o a la Mesopotamia con la esperanza de conseguir trabajo, aún sabiendo, en muchos casos, que pueden ser estafados”.
Admitió que desde Uatre cuentan con los mecanismos para detectar a los estafadores “pero no hay solución, todos los años pasa esto, la producción agropecuaria está haciendo trabajar en negro en un porcentaje muy alto a muchas personas porque no funciona el contralor en el campo, por eso siempre recalcamos que se tiene que fiscalizar a las empresas”.
Aseguró Omacini que el sindicato que dirige no tiene poder de policía y advirtió que el control lo tiene que hacer el Ministerio de Trabajo de la Nación. “Hemos realizado numerosas denuncias de situaciones anómalas, el año pasado fueron estafados 300 trabajadores rurales en campos de arándanos ubicados sobre la ruta 14, en Concordia, y como consecuencia hemos entablado demandas laborales por evasión”, señaló.
Finalmente, sentenció: “De los que van a trabajar a otras provincia, el 70 por ciento están en negro, por lo que no redunda en beneficio del peón rural”.
FUENTE:http://www.elliberal.com.ar/secciones.php?nombre=home&file=ver&id_noticia=101112LLD&seccion=Santiago
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