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LA VOZ NACIONALISTA

LA MUERTE DE UN SOLDADO

LA MUERTE DE UN SOLDADO


        Si en algo -y eran muchas sus virtudes- marcaba las diferencias
el señor coronel D Mohamed Alí Seineldín con el denominador común
de las personas con actuación pública, fue precisamente su sentido
del honor, la rectitud de conducta y entrega por entero a su Patria,
dones tales que necesariamente, le granjearían el respeto de sus
pares, sus superiores dignos y quienes fuimos sus subordinados por
obligación reglamentaria o decisión personal extrarreglamentaria 
-cuando el decoro lo hizo necesario y las circunstancias degradantes
a que fuera llevada nuestra Argentina cerraban todo camino para
volverla a su quicio-. Esas cualidades, por sí solas, son razón bastante
para que cotidianamente fuera construyendo el prestigio de acero en
su querido Ejército que hoy lo despide sin honores militares pero con
todo el honor de los caballeros cristianos; pero a ellas  también se
suman su bonhomía, la cordialidad en el trato y el cultivo sin límites de
la auténtica camaradería.
         En un mundo descastado por el vicio, el hedonismo, las bajezas
degradantes con carta de ciudadanía entre la sociedad perpleja y en
donde las peores impudicias han llegado a contaminar hasta el lugar
santo, estamos seguros que al marchar hacia la Patria Celestial nos
ha dejado con su vida arquetípica el camino jalonado por el que hemos

de transitar para no defraudarlo a él y seguir siendo fieles a Él.


          Mi coronel, descanse en paz.     

FUENTE: EL TÁBANO

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