Hubo repudiado de organizaciones civiles.
Mientras dentro del hotel 400 brokers hablaban de negocios, los manifestantes reclamaban afuera un acceso igualitario a la tierra.
Para los grandes medios, el acontecimiento pasó inadvertido. Si alguno se enteró, habrá concluido que la reunión –y la manifestación que suscitó, con represión incluida– careció del brillo indispensable que la sociedad de las noticias les exige a determinados hechos. Pero, ese día, en San Carlos de Bariloche brillaba tremendamente el sol, un sol de verano. Era, sin embargo, 24 de abril y los salones del hotel Llao Llao estaban colmados, pero no de huéspedes comunes. Por sus pasillos circulaban cerca de cuatrocientos brokers inmobiliarios venidos de Buenos Aires y de diferentes partes del mundo y también potenciales inversores que ven en el sur del país la posibilidad de comercializar pequeños, medianos y desproporcionados paraísos privados. Comían trucha, ciervo y salmón ahumado y llenaban con champaña y vino tinto las copas que levantaban para brindar por el lema que los convocaba: “La Patagonia se vende sola”.
Hubo coffee break, reuniones de mesa chica y conferencias multitudinarias, que tuvieron como oradores a Carlos Melconian, Rosendo Fraga y el gobernador de Río Negro, Miguel Saiz, entre otros.
Durante el Encuentro Inmobiliario Patagonia 2009, celebrado en el hotel más emblemático de la región, hubo también aplausos porque, a pesar de la crisis económica y de la parálisis general que afecta al sector de los bienes raíces, los vendedores del fin del mundo sacaron pecho esperanzados, confiados en que la región tiene cuero de sobra para picar en punta cuando pase el temblor. |
0 comentarios