Blogia
LA VOZ NACIONALISTA

CULTURA

JUAN MANUEL DE PRADA-VIDEO ENTREVISTA

JUAN MANUEL DE PRADA, OPINA SOBRE CASTELLANI

JUAN MANUEL DE PRADA, OPINA SOBRE CASTELLANI

Hay algún escritor en  lengua española comparable al gran Chesterton? De Prada dice que sí: Castellani.

Faltaba que alguien, con cierta autoridad literaria, señalara el nombre de un escritor hispano que tuviera las cualidades del gran Chesterton: buena pluma, humor, ironía, ortodoxia, independencia, afán polemista, batallador contra lo políticamente correcto... Juan Manuel de Prada le ha puesto nombre: Leonardo Castellani, un escritor argentino fallecido en los años ochenta, jesuita para más señas y, curiosamente, completamente desconocido.
«El Matrix progre es una máquina perfectamente engrasada que exalta con contundencia a autores mediocres o zarrapastrosos, siempre que sean favorables a su hegemonía – dice de Prada–; y que, con idéntica contundencia, condena al ostracismo a cualquiera que ose infringir su dictadura, aunque sea genial. Ocurre con autores contemporáneos, y también con los que ya murieron; y, naturalmente, un autor como Leonardo Castellani, azote de todas las falacias que sostienen los cimientos del Matrix progre y escarnecedor inmisericorde de todos los santones entronizados por la modernidad, tenía que ser silenciado por los repartidores de bulas que mueven el cotarro cultural; de ello depende su hegemonía».

De Prada considera que «Castellani no defrauda porque expone sus ideas como si fuesen aventuras, gozosas pesquisas en pos de la verdad, acompañadas siempre por un humor disolvente y socarrón que derriba los espesos muros de la mentira como si estuviesen hechos de alfeñique».
En su afán por dar a conocer «este Chesterton de la lengua española», el escritor zamorano ha preparado un libro para el lector español con los mejores artículos del argentino, que lleva por título «Cómo sobrevivir intelectualmente al siglo XXI» (

Un autor que ayuda a pensar
«Castellani era un escritor –señala de Prada– que no sólo nos deslumbra con sus agudos pensamientos, sino que nos ayuda a pensar. Y ello es porque se trata de un verdadero sabio, y no de uno de esos sabios de pacotilla que alumbra nuestra época. Todo su pensamiento se nutre de la fe; y esa fe le transmite un emocionante “ardor por la verdad” que se contagia a cualquier asunto que trate. Naturalmente, tal ardor reportó a Castellani innumerables enemigos».

Luis del Real Espanyol

FUENTE: www.libroslibres.com

                 (http://www.libroslibres.com/revista_prensa.cfm?id=33)

ALEXANDER SOLZHENITSIN : Misión cumplida

ALEXANDER SOLZHENITSIN : Misión cumplida

Ayer murió Alexander Solzhenitsin (desconozco las normas de trascripción, en la prensa anglosajona aparece como Aleksandr Solzhenitsyn, me imagino que así será). Se me dan muy mal los obituarios. Y como en las próximas horas tendremos buenas semblanzas, comentarios literarios espléndidos y unas necrológicas que harán llorar, poco podré añadir.

Sin embargo no quería dejar pasar la oportunidad para comentar algunos aspectos que quizá no tengan el suficiente tratamiento informativo. Podremos leer sobre sus dos obras más conocidas: Archipiélago Gulag y Un día en la vida de Iván Denísovich. Obras sobre las que se pueden escribir incluso novelas —el primer manuscrito de Archipiélago Gulag se «perdió» en manos del KGB; su guardiana, la secretaria de Solzhenitsin, se «suicidó» después de ser torturada—. Pocos dirán (sobre todo en la prensa progre) que constituye la mejor denuncia del socialismo real. Su lectura es el antídoto ideal para cualquier tentación socialista. Una descripción perfecta de los métodos para conseguir la «igualdad»; concepción de la igualdad que sólo puede conseguirse cercenando la libertad. Por cierto, una concepción de la igualdad como la que tiene nuestro presidente; y unos métodos, que, aunque todavía no sangrientos, podemos reconocer en las 227 historias que dan lugar al libro. Os sentiréis identificados.

Pero la libertad de Solzhenitsin no es una deidad, es la libertad de los hijos de Dios. Creo —espero equivocarme— que no encontraremos muchas referencias a las críticas del ruso al liberalismo, tanto al político como al filosófico. Solzhenitsin no era un liberal, su amor por la libertad y la igualdad no es a la de Jean-François Revel. Su vivencia y lucha por la libertad le lleva a la conversión (en su juventud fue un modélico comunista, un «ateo científico»), a entender la igualdad como un medio, no como un fin; a entender la libertad también como un medio, no como un fin.

En octubre de 1993 se entrevistó con Juan Pablo IIuna conversación demasiado emocionante para resumirla en pocas palabras, según su testimonio—. Admiraba al papa polaco y compartían el análisis de la situación, aunque Solzhenitsin, quizá por ruso, era pesimista en su solución. Irina Alberti nos cuenta de la entrevista:

Para ambos, como quedó claro en el diálogo, la historia de la humanidad existe sólo en cuanto realización del plan salvífico de Dios, de modo que si se aleja de este plan, las raíces de la vida se secan y mueren. Pero para Solzhenitsin, el proceso de alejamiento está en marcha, y la obra titánica de este Papa, que él venera y admira desde hace quince años, consiste en frenar este proceso. Para Juan Pablo II, por el contrario, el empeño del hombre en la colaboración con Dios es sobre todo obra de la juventud, «esperanza del mundo». Solzhenitsin habla de su tristeza al ver las iglesias de Occidente «llenas de turistas pero con pocos fieles». El Papa le replica con afecto que la situación está cambiando…

Sinceramente creo que para tener una visión completa del pensamiento de Solzhenitsin no basta con leer Archipiélago Gulag, y me parecería una indecencia la apropiación de la figura por parte del liberalismo. Mi recomendación para completar su obra sería el discurso Un mundo dividido en pedazos pronunciado en la Universidad de Harvard en junio del 78 (la traducción aquí), un excelente resumen de su pensamiento. La línea y el esquema argumentativo son muy similares a los de Juan Pablo II. Se notan que son eslavos, una idea desarrollada en «espiral».

Es una maravilla. Tan actual, que parece que también está escrito para esta España nuestra.

Comienza con una acusación sobre el declive de la valentía en Occidente y una advertencia: ¿Habrá que señalar que, desde la más remota antigüedad, la pérdida de coraje ha sido considerada siempre como el principio del fin?

Después desarrolla algunas causas:

Legalismo —como pérdida del sentido de la ley natural, con el sangrante ejemplo de que en la URSS también había legalidad—.

Disociación de la responsabilidad como componente intrínseco de la libertad, que tiene como consecuencia una sociedad moralmente mediocre:

Es hora, en Occidente, de defender no tanto los derechos humanos sino las obligaciones humanas.

Por el otro lado, a la libertad destructiva e irresponsable se le ha concedido un espacio ilimitado. La sociedad ha demostrado tener escasas defensas contra el abismo de la decadencia humana; por ejemplo, contra el abuso de la libertad que conduce a la violencia moral contra los jóvenes bajo la forma de películas repletas de pornografía, crimen y horror. Todo esto es considerado como parte integrante de la libertad, y se asume que está teóricamente equilibrado por el derecho de los jóvenes a no mirar y a no aceptar. De este modo, la vida organizada en forma legalista demuestra su incapacidad para defenderse de la corrosión de lo perverso.

Papel de los medios de comunicación: Cuando se ha llevado a la opinión pública hacia carriles equivocados mediante información inexacta o conclusiones erradas ¿conocemos algún caso en que el mismo periodista o el mismo diario lo hayan reconocido pidiendo disculpas públicamente? No. Eso perjudicaría las ventas. Tenemos ejemplos temporalmente muy recientes.

La dictadura de la moda: Vuestros académicos son libres en un sentido legal, pero están acorralados por la moda del capricho predominante.

Relativismo: como origen también de la indolencia, causa y síntoma:

Pero la lucha por nuestro planeta, en lo físico y en lo espiritual, esa lucha de proporciones cósmicas no es una vaga cuestión del futuro. Ya ha comenzado. Las fuerzas del mal ya han lanzado su ofensiva decisiva. Podríais sentir su presión pero vuestros monitores y vuestras publicaciones todavía están llenas de las obligatorias sonrisas y de los brindis con los vasos en alto. ¿A qué viene tanta alegría?

Algunos representantes muy bien conocidos de su sociedad […], dicen: no podemos aplicar criterios morales a la política. Así mezclamos el bien y el mal, lo derecho y lo torcido y damos oportunidad para el triunfo absoluto del Mal en el mundo.

Me recuerda al discurso de Cameron de hace un mes, plenamente vigente y necesario.

Y antes de concluir un sugerente recorrido histórico por el concepto de humanismo y sus avatares, la denuncia de que todos los materialismos terminan siendo similares:

Hemos puesto demasiadas esperanzas en la política y en las reformas sociales, sólo para descubrir que terminamos despojados de nuestra posesión más preciada: nuestra vida espiritual, que está siendo pisoteada por la jauría partidaria en el Este y por la jauría comercial en Occidente. Esta es la esencia de la crisis: la escisión del mundo es menos aterradora que la similitud de la enfermedad que ataca a sus miembros principales.

Si, como pretende el humanismo, el ser humano naciese solamente para ser feliz, no nacería para morir. Desde el momento en que su cuerpo está condenado a muerte, su misión sobre la tierra evidentemente debe ser más espiritual y no sólo disfrutar incontrolablemente de la vida diaria; no la búsqueda de las mejores formas de obtener bienes materiales y su despreocupado consumo. Tiene que ser el cumplimiento de un serio y permanente deber, de modo tal que el paso de uno por la vida se convierta, por sobre todo, en una experiencia de crecimiento moral. Para dejar la vida siendo un ser humano mejor que el que entró en ella.

Ya no habla de izquierdas y derechas, de socialistas y liberales. El mundo dividido de Solzhenitsin, no es de bloques, es el de hombres y no-hombres:

Si el mundo no se ha acercado a su fin, al menos ha arribado a una importante divisoria de aguas en la Historia, igual en importancia al paso de la Edad Media al Renacimiento. […] La ascensión es similar a un escalamiento hacia la próxima etapa antropológica. Nadie, en todo el mundo, tiene más salida que hacia un solo lado: hacia arriba.

Gracias Alexander, ni derechas, ni izquierdas: arriba, como hijo de Dios, como hombre; allí estarás. Cuenta con mis oraciones.


Juanjo Romero ( http://religionenlibertad.com/blog/ )