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LA VOZ NACIONALISTA

LA ll GUERRA MUNDIAL CAMBIO EL PLANETA Y A TODA LA HUMANIDAD

LA ll GUERRA MUNDIAL CAMBIO EL PLANETA Y A TODA LA HUMANIDAD

El 9 de mayo de 1945 en Europa terminó una guerra que pasó a la historia como la más sangrienta de todas las ocurridas hasta entonces, y continuó otros cuatro meses hasta la capitulación de Japón, a pesar de que el desenlace del conflicto ya estaba predeterminado.

Una vez concluida, los participantes de la guerra comenzaron a sacar conclusiones y a generalizar las experiencias adquiridas en las diferentes operaciones de   guerra.

Cada conflicto bélico importante con la participación de países poderosos condiciona la introducción de elementos nuevos de combate, y en este sentido, la II Guerra Mundial supuso un aporte colosal.

Simultáneamente el comienzo de las hostilidades, cambió la estructura técnica de abastecimiento, concentración y dislocación de las Fuerzas Armadas, y por sus dimensiones e importancia, este proceso no tuvo precedentes.

Por:Ilía Krámnik

Incluso la Primera Guerra Mundial que introdujo la utilización masiva de la  aviación de combate, los submarinos, los  tanques y otras innovaciones, no pudo desatar las profundas transformaciones que produjo la II Guerra Mundial.

Para comienzos de la II Guerra Mundial, las Fuerzas Armadas de los países más potentes tenían una estructura similar  a que tuvieron en la I Guerra Mundial.

La base de los Ejércitos era la infantería con fusiles de carga, tanques más bien parecidos a cajas metálicas, divisiones de caballería y aviones de combate, la mayoría biplanos, que a pesar de ser construidos con materiales livianos de madera y lona, ya tenían características de vuelo bastante aceptables.

Sin embargo, ya en 1939 en Europa se dieron las premisas para que ocurriera una revolución  en la industria militar que arrancó de forma impetuosa en el curso de los próximos años.

La producción en masa de vehículos cada vez más eficaces y fiables sirvió de base para la creación de unidades de tropas móviles, imponiendo conceptos nuevos en la estrategia operativa de la infantería.

El progreso técnico en la industria automotriz al finales de los años 30, permitió a los países más desarrollados crear una nueva generación de tanques de combate en capacidad no sólo de apoyar con fuego el avance de sus tropas, sino de convertirse en un elemento autónomo en capacidad de romper la línea de defensa, mantener y dominar  posiciones en el territorio enemigo y en esencia, suplantar las funciones e la caballería.

Las nuevas condiciones que imperaban en los combates, desplazaron de la escena a los aviones de construcción antigua, para dar paso a nuevos aparatos con características técnico-operativas más avanzadas.

Esto supuso un salto cualitativo importante para la Fuerza Aérea que se convirtió en un elemento independiente de las Fuerzas Armadas al poder realizar misiones de importancia estratégica. La aparición a finales de la guerra de los aviones a reacción fortaleció aún más la importancia y poderío de la aviación de combate.

La radiotécnica  también evolucionó,  la aplicación masiva de radio trasmisores  cada vez más potentes y fiables optimizó la labor de coordinación de los altos mandos, que de forma operativa recibían información actualizada y completa de los sucesos más importantes en el teatro de operaciones de guerra.

Esta circunstancia y la pronta capacidad de movilización de las tropas, permitió la realización práctica de operaciones de envergadura en diferentes fases y frentes de combate.

El desarrollo de las comunicaciones permitió el contacto y coordinación de acciones entre los diferentes tipos de tropas, unidades  motorizadas, artillería y la aviación.

El comienzo de la guerra prácticamente coincidió con la aparición de los primeros radares en los Ejércitos de las principales potencias, influyendo en forma radical en la dislocación operativa de los elementos claves en las fuerzas de choque especialmente en la Fuerza Aérea y en la Armada.

Los radares ampliaron el radio de acción de la aviación de ataque que puso fin al mito sobre la invulnerabilidad de la artillería de las flotillas de buques.

Los portaaviones, que hasta antes de la II Guerra Mundial eran considerados elementos complementarios, se convirtieron en un poderoso recurso de potencial estratégico a ser bases aéreas flotantes con decenas de aviones potentes en capacidad de controlar el espacio en un radio de varios centenares de kilómetros.

La revolución también llegó a la flota submarina que durante la Primera Guerra Mundial obtuvo mucho prestigio al desmostar ser un elemento bélico importante.

Durante los 20 años que separaron los dos conflictos mundiales, las características técnico-operativas de los submarinos evolucionaron muy poco, pero en los primeros años de la II Guerra dieron un salto vertiginoso.

El desarrollo de la aviación y los buques antisubmarinos, obligó una modernización radical de los submarinos de tal manera que pudieran permanecer sumergidos durante varias semanas y cada vez ser más furtivos ante los equipos de detectación acústica y de sonar.

La aplicación de los submarinos en la II Guerra Mundial fue un favor decisivo en su evolución hacia los submarinos nucleares que aparecieron años después con características bélicas de importancia estratégica.

El desarrollo del la radiotécnica permitió la evolucionó de la electrónica, lo que conllevó a la creación de armas que en tiempos de la guerra sólo figuraban en las novelas de ciencia ficción.

La II Guerra Mundial fue el laboratorio práctico para la fabricación de los misiles balísticos, los cohetes antiaéreos, los misiles múltiples, cohetes antitanques, torpedos dirigidos, bombas de aviación de caída controlada, aparatos voladores y terrestres sin piloto, prototipos de robots, sistemas unificados de defensa antiaérea y finalmente la aparición de los primeros ordenadores de aplicación militar para optimizar el control y funcionamiento de las fuerzas armadas y el armamento.

Al  hablar de las innovaciones técnicas clave como resultado de la II Guerra Mundial  hay que mencionar  la bomba atómica, un arma que de forma radical cambió los conceptos que tenía la humanidad sobre la guerra y la paz.

Como se mencionó anteriormente, la evolución tecnológica supuso cambios radicales en la capacidad táctico-operativa del potencial bélico de los países y no sería exagerar si se afirma que el potencial militar actual se apoya en la experiencia bélica que vivió el mundo entre 1939 y 1945.

El potencial militar moderno incluye la acción combinada y simultánea de los Ejércitos (tierra, aire y mar), el desarrollo de operaciones especiales, el desembarco e invasión de territorios, bombardeo estratégico, la guerra radio-electrónica, la guerra informativa, la guerra psicológica y muchos elementos más.

En conclusión se puede decir que la guerra ha adquirido una dimensión total,  tecnológica, informativa y psicológica en capacidad de cambiar radicalmente las posibilidades y la estabilidad de los países que decidan involucrarse en un conflicto armado.

En la arena internacional, la revolución bélica que marcó la II Guerra Mundial cambió profundamente las relaciones entre los países grandes y los pequeños.

Si antes la diferencia se determinaba con criterios de cantidad, ahora el factor dominante es el cualitativo desde el punto de vista del potencial tecnológico y otros factores.

Actualmente no son muchos los países que poseen la componente nuclear en sus Fuerzas Armadas y no es casual que cinco países con arsenales nucleares sean miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.

FUENTE: AGENCIA  RIA NOVOSTI

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